quinta-feira, 21 de janeiro de 2010

Ou porque, se tivesse nascido espanhola, saberia amar, beijar e morder em espanhol, coisa que sempre achei que saberia fazer muito melhor. Andei muito tempo, agarrada à ideia de corpo-poesia, de corpo-palavra. Agora, penso no corpo-espanhol. E também, confesso, porque martirizar um colibri entre os dentes, é coisa de mulher que fica desde o primeiro encontro, para a vida de alguém.


Gacela del Amor Imprevisto

« Nadie comprendía el perfume
de la oscura magnolia de tu vientre,
Nadie sabía que matririzabas
un colibrí de amor entre los dientes.

Mil caballitos persas se dormían
en la plaza con luna de tu frente,
mientras que yo enlazaba cuatro noches
tu cintura, enemiga de la nieve.

Entre yeso y jazmines, tu mirada
era un pálido ramo de simientes.
Yo busqué, para darte, por mi pecho
las letras de marfil que dicen siempre.

siempre, siempre: jardín de mo agonía,
tu cuerpo fugitivo para siempre,
la sangre de tus venas en mi boca,
tu boca ya sin luz para mi muerte»

 Lorca

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